Apenas nos llevábamos dos años de diferencia, y recuerdo perfectamente aquella época siendo niños; algunas ocasiones tú de visita en nuestra casa, otras nosotros en la tuya. Después llegó la etapa de adolescentes, cada quien en escuelas diferentes conociendo nuevos amigos, viviendo y aprendiendo lo que la adolescencia nos tenía preparado. Y así el paso del tiempo tuvo que continuar llevándonos de la mano hacia otra nueva etapa, esa que muchos de nosotros aún siendo niños a veces ansiamos “la adultez”. Cada quien fue recorriendo su camino pero debo de decir que a pesar de todos los años y cambios que fuimos viviendo siempre encontré tu cordialidad tu amabilidad, tu buen humor, y una familiaridad que solo tienes con las personas que estimas y aprecias. Emilio te mando un abrazo hasta la eternidad.
Lupita
No hay comentarios.:
Publicar un comentario