martes, 31 de enero de 2023

GRACIAS, HIJO.

 



Emilio, querido y añorado hijo, a más de tres años de tu partida he recuperado mis ganas de vivir.  No sé cómo explicar el estado en que me encontraba porque yo existía con las experiencias cotidianas, intensas o irrelevantes, sin el compromiso e interés que requiere una vida.

   No he podido desvelar tu vida, hago ejercicios de memoria y solamente me queda el vacío inmenso cuando pienso en los últimos días en convivencia contigo.  Eso me hace mal, la tristeza  se apodera de mí y busco, con desesperación, recuerdos de eventos gratos, tiernos, de charlas y diversión, de muestras de amor y acompañamiento. 

   Desde el 25 de enero reinicié en el blog, eso me ha servido mucho porque centro mi atención en otros aspectos de mi vida, acciones olvidadas, negadas, evitadas por mí para no traicionar tu recuerdo.

Idear qué es lo que Tommy dirá respecto a sí mismo y a los que l rodeamos.  En ocasiones he sentido un resabio de amargura prque temo traicionarte, es decir, me siento culpable de estar  contenta y motivada.

   Cuando esto ocurre, pienso con mayor intensidad en ti, en tus gustos, tus actividades y me convenzo de que tú quieres que estemos bien, que disfrutemos de este tránsito por la vida y que lo que más deseas es que lleguemos satisfechos de lo experimentado hasta el final de nuestra ruta.

   Hijo, yo te amo y tengo la certeza de que tú estás bien allá donde estás, que no estás solo y te acompañan todos los seres que también te quieren.

TANGOS

       Hijito, ayer te recordé en tu etapa de juventud, a ti te encantaba escuchar tangos cuando eras un adolescente, tendrías alrededor...