jueves, 21 de septiembre de 2023

INSOMNIO

 


 

Ayer fuimos a un velorio, el de la mamá de mi amiga Diana.  En esa atmósfera triste, impregnada del dolor de una pérdida, reviví el mío propio.

    ¿Sabes, hijo?  Quedé con muchas molestias, la primera es tu adiós sin aviso, sin explicación.  La segunda, las circunstancias, sigo molesta por ellas.  Reaparecieron en mí los sentimientos dañinos que he aplastado, pero reconozco que no se eliminaron. 

    ¿Qué hubiera preferido? Que permanecieras con nosotros.  Sé que esto es imposible.

    Bueno, tal y como fue todo, ¿qué hubiera sido lo correcto? Que Marlon se fuera y que al llegar yo, fuese yo quien te encontrara, que yo fuese la primera en saber de tu ausencia definitiva y no la última.  Eso lo expresé porque al llegar a la casa, la señora que me recibió afuera me dio la noticia de tu fallecimiento y al entrar a nuestro domicilio, el tuyo y mío,, me encontré con un policía armado que custodiaba la escalera, impidiendo que yo te viera y me despidiese de ti en nuestra  propia casa.

   ¿Qué más pasó?  Resulta que Marlon se comunicó con Marcela, y me pregunto si acaso mi prima tenía el derecho de enterarse de la tragedia antes que yo, y hasta las de Juárez.  Yo soy tu mamá y tan sólo por eso, yo debí ser la primera en saberlo y si no iba a ser así, si Marlon estaba asustado, debió huir

.  La verdad, sigo encabronada y no contigo, hijo, sino con las decisiones que tomaron Bety y  Marlon que, a final de cuentas, lo que debieron hacer fue irse y dejarme a mí resolver el curso de lo que se haría.

   El rencor, la falta de comprensión sobre el actuar de los demás, la ira contenida, el dolor reprimido, el desconcierto, la incertidumbre y todos los pensamientos y sentimientos se entremezclan, se reavivan y me hacen sentir confundida.  ¿Por qué razón tuvieron que ser así las cosas?  Si te iba a perder, tenía el derecho de estar contigo para despedirme y no depender de la decisión de otros, extraños que no pertenecen a nuestros aprecios, como ese policía prepotente que, envalentonado por el arma y con un total desprecio, me impidió subir.  También me recrimino no haber dicho a Marlon que tu habitación olía mal y todo por considerarlo, yo que no fui considerada por él minutos después de haber salido al pago.

    Esa tarde fue la peor de mi vida, entre el desaliento y el dolor de tu partida y la falta de comprensión del actuar de las personas, yo estaba en medio de todo, sintiéndome sola, traicionada, abandonada y, sobre todo, muy enojada con la vida. 

   He intentado abrazarme al estoicismo, me obligo a encontrarle sentido a la vida, disfrto de mis mascotas pero el rencor no desaparece. 

   ¿Sabes, querido hijo? Nos colocaste en una situación vulnerable, fuimos objeto de la decisión de otros. 

 

 

lunes, 18 de septiembre de 2023

ELEGÍA

 



   Frente a tu gaveta imaginé que mi alma te envolvía en un abrazo amoroso y protector, me recosté junto a ti y besé tu mejilla izquierda, acaricié tu cara y luego, regresé a esta realidad.  


 

ELEGÍA.

La Elegía es un texto poético que no respeta la métrica ni la rima de los versos, es dirigido para emular, recordar o expresar emociones que hacen referencia a una persona fallecida.

TANGOS

       Hijito, ayer te recordé en tu etapa de juventud, a ti te encantaba escuchar tangos cuando eras un adolescente, tendrías alrededor...