viernes, 12 de marzo de 2021

COMO PROFESOR












PRIMERA PARTE:

 

LA FILOSOFÍA






¿El misterio de las cosas? ¡Qué sé yo que es el misterio!

El único misterio es que haya quien piense en el misterio.

Quien está al sol y cierra los ojos,

comienza a ignorar qué es el sol

y a pensar muchas cosas llenas de calor.

Pero abre los ojos y ve el sol,

y ya no puede pensar en nada,

porque la luz del sol vale más que los pensamientos

de todos los filósofos y de todos los poetas.

La luz del sol no sabe lo que hace

y por eso no falla y es común y buena.

 

PESSOA, El guardador de rebaños








1. La misosofía






Cada época ha gozado de tener la cantidad necesaria de misósofos para impedir que la filosofía expanda cómodamente su reinado. Leibniz encerró en el personaje del misósofo a los fideístas, a los ignorantes, a los nominalistas y al tan mal entendido averroísmo, sin embargo, dejaó fuera a todos aquellos individuos que rechazanron ella asociarción ade la filosofía con el bien, la felicidad, la paz y la verdad. Lo que nosotros entendemos como misósofos son aquellos pensadores que Savater reconoce como representantes de la filosofía tachada, filosofía que hace temblar y que no se contenta hasta decirlo todo. Esta forma de pensar se ha visto minimizada y ridiculizada por la filosofía racionalista, por aquella que tranquiliza, aquella que pone límites al pensamiento, rechaza todo tipo de negación y trata de defender a toda costa la dignidad de su empresa. 

 

“La negación será tachada de irracional porque no encuentra lugar en el cuadro puramente afirmativo del racionalismo tecnológico-científico, que manejan por igual los mantenedores del orden y los revolucionarios, contagiados de idéntica positividad”. 

 

La filosofía racionalista, que con tanto esmero trató de negar los dogmas precedentes, desembocó en terminó por colocar a la razón en el hueco infinito que el Dios expulsado dejó, señalando como herejes a todos aquellos que no cumplenieran sus preceptos. En todas las épocas, pero especialmente en el modernismo y en la Ilustración, está presente el encomio a la razón y el posicionamiento de ésta en el pedestal del Bien, y este discurso se ha mantenido a lo largo de la historia. Encontramos hasta en ciertos filósofos autoproclamados ateos esta sustitución de entidades supremas:

Cuando se oye en la iglesia a la gente humillarse y proclamarse miserables pecadores, etc., parece algo despreciable e indigno de seres humanos que se respetan. Debemos mantenernos de pie y mirar al mundo a la cara. […] Un mundo bueno necesita conocimiento, bondad y valor; no necesita el pesaroso anhelo del pasado, ni el aherrojamiento de la inteligencia libre mediante las palabras proferidas hace mucho por hombres ignorantes. Necesita un criterio sin temor y una inteligencia libre. Necesita la esperanza del futuro […].

 

La filosofía negativa también se muestra escéptica frente a esta postura, tan optimista sobre el futuro y tranquilizadora del presente. Por medio de esa razón llega a conclusiones tan reprobables para la filosofía entusiasta, que es encubierta e ignorada.

   

    También extendemos la etiqueta de misósofo a aquellos individuos que cuestionan todo tipo de filosofía o saber; algunos castigan a la filosofía que Savater etiqueta como tranquilizadora por pecar de falaz, ociosa y ajena al mundo; a la tachada otros le achacan el no producir ningún bien a la sociedad ni al individuo, llevándolos a su completa destrucción. Generalmente estos misósofos tienden a expresar sus ideas sin una argumentación rigurosa, por medio de fábulas y poemas o simplemente se han limitado al silencio. Esta falta de sistema es el principal motivo por el que la crítica a la filosofía no ha sido seriamente analizada y sólo ha causado simpatía o desinterés. Es necesario notar que esta falta de sistema no es gratuita, pues de esta manera se evita caer en lo que se denuncia. Un ejemplo contemporáneo de crítica a la filosofía lo encontramos con Clara Huerta:

Crees que por ser filósofo

haces un mejor uso del

lenguaje?

-jajajajajaja

 

Estos versos parecen inocentes e inofensivos, pero analizándolos detalladamente, echan por tierra todo el trabajo de un logicista y se ridiculizan toda su labor.

Añadir Pessoa,

   

    Ya que nuestro trabajo no es el de categorizar las distintas clases de misosofía, abordaremos sólo los pensamientos que critiquen a la filosofía, es decir, al deseo de alcanzar la verdad y el bien por medio de la razón, lo cual nos resultará fundamental para abordar críticamente el tema del siguiente capítulo.

    Generalmente, los misósofos fideístas que buscaban poner su fe por encima de la sabiduría humana, se regían bajo los preceptos del Eclesiastés, en donde se rebajan los intentos humanos por alcanzar la sabiduría:

Yo, Qohelet, he sido rey de Israel en Jerusalén y me dediqué a investigar y comprender todo lo que se hace bajo el sol. Pero es una tarea ingrata que Dios ha dado a los hombres: todo es para humillarlos. Miré de cerca todo lo que se hace bajo el sol: ¡no se tiene nada, se corre tras el viento! […] me dediqué a ver dónde están la sabiduría y la ciencia, la estupidez y la locura. Pero ahora veo que aún eso es correr tras el viento. Cuanto mayor la sabiduría, mayores son los problemas; mientras más se sabe, más se sufre.

 

En este libro de la Biblia se considera que todo intento por alcanzar el conocimiento, que todos los trabajos y fatigas que se impone el hombre para alcanzar el éxito, sólo son resultado de la envidia que entre ellos se suscita, por lo cual nunca pueden estar satisfechos y nunca pueden alcanzar una verdad, pues ésta se encuentra vedada para los hombres. Se aclama que el único bien y la verdadera sabiduría que puede alcanzar el hombre es cumplir lo que Dios le mandó: ser alegre y hacer el bien durante su vida; pues aquel que se acarrea fatigas intelectuales no será más digno o tendrá un mejor destino que las bestias, el polvo. Para este libro los problemas filosóficos no existen, pues Dios hizo sencillo al ser humano, pero ellos se crearon los problemas. En el Eclesiastés se refleja el pesimismo hacia toda la pretensión de un conocimiento humano, lo cual inspirará a ciertos misósofos que encontraremos unos siglos más adelante.

   

    En Ooriente no es escasa la crítica a la razón humana que busca apoderarse de la verdad. En los Vedas, en el budismo, en el hinduismo y en el taoísmo se le da tan bajo lugar a la razón, que ni siquiera merece una mención directa, sino su refutación y su ascensión al conocimiento es por vías que se les suele atribuir el adjetivo de irracionales. Sin embargo, esta irracionalidad no queda sólo en el campo de la religión o la creencia. Durante más de 2000 años, los emperadores chinos establecieron el culto a Confucio. El imperio adoptó del Maestro aquellas afirmaciones confucianas que prescribían la sumisión a la autoridad establecida, así como los preceptos sobre la justicia y las obligaciones morales de todo individuo. Alfonso Colodrón, con respecto a las Analectas confucianas, dice que a lo largo de la historia ningún otro libro ha ejercido tanta influencia sobre tal número de personas y a lo largo de tanto tiempo como lo hizo aquel libro.: “Su afirmación de la ética humanista y de la fraternidad universal del ser humano ha inspirado a todos los países del Este asiático y se ha convertido en el fundamento espiritual de la civilización más populosa y antigua de la Tierra”. 

    Confucio no era un erudito tradicional, frágil y delicado, sino que era un viajero aficionado a las actividades deportistvas, experto en el manejo de caballos, en el tiro con arco, en la caza y en la pesca. Él dedicó gran parte de su vida a la educación de sus discípulos, la cual estaba basada principalmente en la moral y no en la búsqueda de la verdad por medio de la razón. Confucio desconfiaba de los eruditos y de su elocuencia, despreciaba a los habladores y odiaba los juegos de palabras ingeniosos. 

Para él, parecía que la lengua afilada debía reflejar una mente superficial; a medida que la reflexión se hace más profunda, se desarrolla el silencio. […] Este silencio no reflejaba indiferencia ni escepticismo respecto a la voluntad del cielo. […] no negaba la realidad  de lo que está más allá de las palabras, simplemente ponía en guardia contra la locura de intentar alcanzarla con las palabras.

 

Ya que esta crítica a la razón vacía es una constante en el pensamiento confuciano, el Maestro no dejaó escrita ninguna obra, y lo que se mantiene de sus ideas no está estructurado de forma sistemática, llegando a ser en ocasiones contradictorio. “Las Analectas constituyen una obra cuya importancia no reside sólo en lo que dice, sino también en lo que no dice”. Esta señalización es esclarecedora, pues nos hace relacionarlo con el espíritu oriental, el cual apunta a que la verdad está en un plano inalcanzable por la razón. Estas ideas se evidencian en algunos diálogos de las Analectas: “2.15. El maestro dijo: Estudiar sin pensar es inútil. Pensar sin estudiar es peligroso. […] 2. 17. El Maestro dijo: Zilu, te voy a enseñar qué es el conocimiento. Estar al tanto de lo que sabes y de lo que no sabes eso es ciertamente conocer”.

    Aristófanes. No es crítica a Sócrates por la razón, es una acusación por corromper a los jóvenes y ser sofista.     ¿Es conveniente indicar que todos en la actualidad por cobrar son sofistas?

   

    Regresando a Occidente, no es gratuito el poco interés que se ha manifestado a los cínicos, en especial, a Diógenes de Sínope. Desvergonzado y excesivo, Diógenes se convirtió en un fenómeno “que había que reducir y hasta destruir: y eso fue lo que se hizo en nombre de la moral y de las buenas costumbres, y luego de la ciencia y de la seriedad filosófica”. Su confianza en la naturaleza, su repudio a la sociedad y su gusto por la provocación se consideran subversivos para cualquier proyecto de civilización. Ya que la máxima del cínico era no estar sujeto a nada ni a nadie, no se adhiereió a las costumbres ni a las ideologías de su tiempo. Respecto a los filósofos, su postura siempre es burlona, no les reconoce ningún tipo de autoridad, cuestiona todos sus preceptos, señala descaradamente su arrogancia y actúa desafiando toda intento de imposición. Es necesario señalar que, a pesar de que sus acciones a muchos parecen inmorales –orinarse sobre la gente, robar comida, morder a los ciudadanos, masturbarse en lugares públicos, defecar en las reuniones, andar desnudos y demás–, los cínicos compartían la virtud de la fidelidad, la amistad y de cuidar al prójimo, como los perros,; además, las acciones inmorales que realizaban en público no tenían la simple intención de provocar, sino que las llevaban a cabo para transmitir sus ideas y extirpar ideas falsas.

    Es interesante que los cínicos gusten de llamarse perros (cynós: perro), ya que el animal, libre de necesidades y de convenciones, también se ve libre de tan alabada razón humana. Diógenes en muchas ocasiones tuvo confrontaciones con Platón, pues el hombre de Sínope consideraba la teoría platónica de las Ideas como absurda y petulante, por lo que defendió el nominalismo y rechazó la lógica, la dialéctica y la retórica. Para el cínico, Platón no cumplía con la labor filosófica, pues nunca había atentado contra lo socialmente establecido. Decía: “¿Qué puede ofrecernos un hombre que ha dedicado todo su tiempo a filosofar sin haber inquietado nunca a nadie?”. Esto es, no existe la filosofía en las cuestiones ajenas a la moral, o que sólo tratan sobre ésta de manera superficial, sin irritar y hacer tambalear las bases en las que se fundamenta.

   

    Erasmo de Rotterdam es uno de los misósofos en los que el Eclesiastés resuena constantemente. A pesar de la fama que obtuvo en vida, sus críticas fueron tomadas a juego, y las inquietudes que provocó entre los filósofos a quienes atacó directamente no pasaron a nada serio. En el Elogio de la Locura, nos presenta a la Estupidez como la responsable de absolutamente todo cuanto pasa en este mundo: la vida, la alegría, la tristeza, el honor, la guerra, las alabanzas, las artes, el vicio, el matrimonio, la soledad, la aparente sabiduría, la fe, los placeres, los bienes, los males, la amistad, la verdad, la mentira y demás. Sin embargo, diferencia entre la estupidez sencilla –la que se da entre las mujeres, los niños, los locos, los maridos– y la estupidez soberbia –la que manifiestan aquellos que se esfuerzan por desdeñar a la estupidez misma por medio de la razón, es decir, los sabios o filósofos–. A pesar de que estos sabios también participan de la Estupidez, buena parte de su encomio se dedica a despotricar contra ellos, pues, en su esfuerzo por lograr la sabiduría, son los más infelices. “Realmente, son doblemente estúpidos, primero porque desconocen su condición de hombres, y segundo porque quieren imitar a los dioses inmortales y, como los gigantes, hacen la guerra a la naturaleza […]”. A lo anterior, Erasmo agrega:

Ya me parece estar escuchando las protestas de los filósofos. Dicen que justamente la desgracia es vivir en la estupidez, la ilusión, la mentira y la ignorancia. Sin embargo, yo digo: justamente en esto consiste la existencia humana. No entiendo por qué se llama a esto desgracia […] No es ninguna desgracia ser fiel a la propia especie.

 

El pensador se burla directamente de los filósofos, y los muestra como unos inútiles ante la vida: 

El mismo Sócrates es un ejemplo de la torpeza de estos filósofos para las cosas de la vida […]. Cuando en determinada ocasión trató de defender cierto asunto en público, tuvo que ocultarse en medio de la risotada general. […] ¿No fue la sabiduría la que lo llevó a beber de la cicuta […]? Cuando filosofaba sobre las nubes y las ideas […] se le escapaba todo lo inherente a la vida. ¿Qué podemos decir de su discípulo Platón, abogado excelente, que acudió a defenderlo cuando su cabeza peligraba? Perdido y pasmado por el tumulto  de la chusma, apenas si pudo articular el primer periodo. Y ¿para que hablar de Teofrasto? Cuando se presentaba a hablar ante una asamblea, de repente de quedó mudo como si hubiera visto al lobo.

 

Los filósofos no sólo son inútiles para las cuestiones públicas, sino que también para las de la vida, pues aburren con su silencio o sus preguntas impertinentes, no saben comprar, bailar, hacer un contrato o seguir las costumbres de un pueblo que llevan a la paz. “Los teólogos se mueren de hambre, los físicos de frío, los astrólogos son objeto de burla, y los dialécticos de menosprecio”. Todo esto es porque no se permite errar por medio de la experiencia y trata de obtener el conocimiento por medio de los libros antiguos y de los juegos de palabras, convirtiéndose en una estatua de mármol. Erasmo dibuja la imagen de un sabio: 

[…] un hombre que ha derrochado su infancia y adolescencia en el estudio de las ciencias y que ha perdido la parte más feliz de su vida en vigilias constantes, cuidados y sudores. Hombre que en todos sus días nunca ha probado un sorbo de placer: moderado, triste, lúgubre; austero y sin concesiones consigo mismo. Desagradable y antipático. Un hombre pálido, marchito, con malestares, lagañoso, vencido por una vejez y unas canas prematuras que lo marginan de esta vida antes de tiempo. […] ¿qué importa la muerte de un hombre como éste si nunca ha vivido?

 

Además, para Erasmo, la peor calamidad para los estados es que el poder caiga en manos de gobernantes apegados a la literatura o a la filosofía, pues estos sabios tienen dos lenguas, con una dicen la verdad y con la otra dicen lo que les conviene para ganar.

    A aquellos que comiencen a molestarse por las burlas y la ironía de Erasmo, él responde: “si estuviesen mejor dotados no se molestarían tanto por bromas que buscan hacer el bien más que ser una exhibición ingeniosa y erudita”. El pensador considera que se debe rascar la herida de los oídos delicados con la verdad descarnada, que siempre se debe hablar con libertad, aunque moleste, pues hasta los médicos prescriben drogas amargas y métodos dolorosos cuando desean quitar males.

    Ya que es la misma Estupidez quien hace un encomio de sí, es comprensible que el autor no haya querido seguir un sistema rígido, lleno de definiciones y consecuencias lógicas, al estilo filosófico. La Estupidez dice amar a sus humildes hijos, alejando de ellos cualquier clase de sufrimiento y poniendo a su disposición toda clase de bienes, con los cuales logran olvidar las desgracias que conlleva el vivir. Es necesario notar que la Estupidez no encomia y hace deseable toda la locura, pues afirma que existe una que no procede de ella, pues es enviada desde el infierno y ataca los corazones de los hombres “con la pasión de la guerra, la sed inagotable del oro, el amor prohibido y criminal, el parricidio, el incesto, el sacrilegio o cualquier otro flagelo”.

    Erasmo hace un llamado a entrar a las dulzuras de la estupidez, pues es donde se encuentra sosiego, felicidad, vida y el éxtasis de la fe. (manierismo)

 

    Montaigne es la clase de pensador que ha criticado tan fuertemente a la filosofía que pocas han sido las personas que le adjudican el título de filósofo; poco le importaría. En su ensayo más extenso, la Apología a Raimundo Sabunde, Montaigne muestra un escepticismo muy radical y critica las pretensiones humanas de alcanzar las verdades divinas por medio de la razón.  En el ensayo cita en numerosas ocasiones al Eclesiastés, asegurando que la razón sólo ha traído desgracias a la humanidad. No sólo ataca al campo de la teología, sino que se extiende a cualquier campo del conocimiento. Para Montaigne, los católicos, quienes presumen de poseer la razón, no son de ninguna forma superiores a los pertenecientes a otras religiones o a los animales, y además, justo esta vana razón es la que los ha llevado a ablandar la religión como cera para justificar todas sus empresas ambiciosas e injusticias. Para el pensador, el hecho de que nosotros sigamos determinada religión o nos apeguemos a cierta doctrina filosófica o forma de pensamiento, se ve determinado por el lugar en el que nacemos y la educación que se nos imparte; “otra religión, distintos testigos, promesas análogas y amenazas semejantes, podrían imprimir en nosotros por el mismo camino una idea contraria. Juzgamos por medio de la Biblia [o del mahometanismo, o del platonismo, o del confucianismo] de la misma suerte que somos perigordianos o alemanes”. Montaigne asevera que no podemos alcanzar verdades infinitas por el hecho de que razonamos con las datos que nos proporcionan los sentidos, los cuales son finitos, al igual que nosotros en duración y extensión. 

    La confianza que se profesa en la razón y la lógica parece infundada para Montaigne, pues afirma que la experiencia muchas veces nos ha dado información contradictoria, frente a la cual no se puede decir nada; además, nuestro pensador considera que le hemos adjudicado sólo a los humanos un pensamiento lógico por el hecho de no compartir el mismo lenguaje que los animales, los cuales probablemente podrían forjarse dioses como ellos y pensar que las bestias somos nosotros. La lógica y la filosofía, como ya mencionamos más arriba, en nada beneficia a la sociedad, pues sólo se dedica a justificar la inmoralidad, pero no puede decir nada sobre cómo deben comportarse los individuos para alcanzar el bienestar, esto es, la paz. Además trata de demostrar lo inútil que es la filosofía para el individuo:

¿Qué provecho fue el que alcanzaron Varrón y Aristóteles por el entendimiento peregrino que les adornaba? ¿Acaso los libró de las molestias humanas? ¿Eximioles siquiera de los accidentes a que está sujeto cualquier ganapán? La lógica, ¿procuroles algún consuelo contra la gota?[…] ¿Aviniéronse con la muerte por saber que algunos pueblos encuentran en ella contentamiento? ¿resignáronse con la infidelidad matrimonial por tener noticia de que en algunos países las mujeres pertenecen  a varios hombres?.

 

Montaigne argumenta que si la filosofía algo tuviera de verdadera, no existirían posturas tan contradictorias entre sí. Es por esto que nuestro escéptico hace un llamado a la ignorancia, la cual no juzga y no busca llegar a un conocimiento verdadero, sino que se limita a la humildad, alcanza una alegría moderada y cumple con los preceptos establecidos, los cuales están pensados para engendrar a los hombres de bien.

 

Kierkegaard Kierkegaard analiza la figura de Sócrates desde Jenócrates, Platón y Aistófanes, considerando que este último fue quien logró retratarlo a la perfección en su comedia Las nubes. Aristófanes le da a Sócrates un trato de sofista, no por el hecho de cobrar, sino por su manera de argumentar, convirtiendo el argumento débil en fuerte y por su ironía (negatividad infinita). No traducciones.

 

    Nietzsche hace una crítica al lenguaje en su breve ensayo Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Esta obra da inicio de manera aparatosa y solemne, retratando la irrelevancia humana en el cosmos: 

En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer.

 

Nietzsche trata de mostrar lo lastimoso, sombrío, estéril y arbitrario es el intelecto humano. Él dice que el humano se considera la culminación del cosmos, y al serle imposible salir de su posición, olvida que una mosca también se verá así misma en esa centro. Sin embargo, de todos los humanos, es el filósofo quien cree que “los ojos del universo tienen telescópicamente puesta su mirada en sus obras y pensamientos”. 

    A pesar de que la verdad y el conocimiento han sido lo más adulado de la existencia, Nietzsche asegura que el humano ha olvidado que su supervivencia en este mundo se ve asegurada por una mentira colectiva. Al verse desprovisto de garras y dientes, el humano sólo contó con su intelecto y su capacidad de engañar para aferrarse a la vida: adulando a los fuertes, fingiendo, enmascarándose y murmurando. Sin embargo, al ser consciente de que otros individuos le podrían proferir daño por la misma vía y que más le valía vivir en sociedad, elaboró un trato. Nietzsche afirma que los hombres, mediante el intelecto, dotaron a las cosas de nombres arbitrarios, por lo que el culto a la verdad comienza con el acuerdo de denominar todos a las cosas con el nombre establecido, y la mentira sería el designar las palabras a cosas que no les corresponden. Los humanos no huyen de la mentira por ser engañados, sino que huyen de ella por el temor de ser perjudicados por semejante ultraje. Es por este miedo al perjuicio, que el hombre decide vivir en esta mentira colectiva y que “desea la verdad en un sentido análogamente limitado: ansía las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que mantienen la vida; es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias […]”. ¿Qué es entonces la verdad? Nietzsche contesta: 

un hueste en movimiento de metáforas, […] una suma de relaciones humanas que han sido realizadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son.

 

Estas ideas nos hacen pensar que es inútil creer que la filosofía y el uso de la razón nos llevarán a conocer verdades absolutas, puesto que están basados en un lenguaje arbitrario; además de que todo intento por alcanzar certezas sólo refleja la soberbia y olvido humanos. Además, fueron justo éstas ideas las que inspiraron a Savater en La filosofía tachada, pues si existe alguien que dice algo que atente contra lo “agradable de la verdad” será condenado.

Crítica al lenguaje: Hugo von Hofmannsthal. Pessoa. Borges

 

    Para Richard Rorty la filosofía y sus problemas no son fácilmente encasillables. Él cree que en los filósofos existe una suerte de genio, una virtud intelectual; el la llamará una Aptitud Filosófica. Esta aptitud consiste principalmente en “detectar lagunas en cualquier argumento que escuche”. Sin embargo, Rorty no se muestra muy encantado con esta postura, pues la tarea principal de la filosofía sería la de construir y criticar o defender cualquier argumento –ser una especie de abogado de la argumentación–, lo cual es poco necesario para la sociedad y pocos beneficios brinda.

Todo lo que podemos hacer [los filósofos] es explicar cómo una serie de autores conocidos […] han hecho uso de un término […]. Únicamente podemos […] encontrar un argumento para cualquier cosa que un cliente haya decidido, y hacer que la causa elegida parezca sumamente plausible.

 

El saber usar el lenguaje correctamente no hace que las dudas o los problemas desaparezcan, pues para ser filósofo sólo se necesita poseer la Aptitud Filosófica y el ocio suficiente para decirle a alguien que está utilizando mal un concepto, sin embargo, “si un médico se debate entre el respeto a la dignidad de su paciente y la necesidad de minimizar su dolor, no se complica la existencia con temas de los que el filósofo, capaz de disertar acerca de las ventajas y desventajas de la ética teleológica y utilitarista, está al tanto”. 

    En su obra Contingencia, ironía y solidaridad, Rorty asegura que las cuestiones “meramente filosóficas” constituyen intentos de suscitar ficticias disputas teóricas entre léxicos no prácticos. Dichas cuestiones sólo plantean un problema para el filósofo, ya que más personas no pueden encontrar la problemática. Rorty dice además que la idea de que la sociedad debe estar basada en fundamentos filosóficos fue resultado de la cientificismo de la Ilustración, la cual quería avalar sus proyectos humanos en una autoridad no humana: las ciencias naturales. “[…] desdichadamente la Ilustración tejió gran parte de su retórica en torno a la figura del científico como una especie de sacerdote, como una persona que lograba ponerse en contacto con la verdad no humana por ser lógico, metódico y objetivo”. Ya que actualmente la ciencia dejó de ser el área más interesante y más fructífera en cuanto a logros reales y progreso, es muy difícil mantener en alto el discurso científico orientado a la moral o a la política. Para Rorty, los filósofos, no queriendo aceptar la contingencia e historicidad del lenguaje, han tratado de fundamentar la moral por medio de la investigación socrática de las esencia de la justicia, de la ciencia o de la racionalidad, lo cual no lo lleva más allá de los juegos estériles del lenguaje. Sin embargo, Rorty asegura que no es necesaria una respuesta lógica para la pregunta “¿Por qué no ser cruel?”. Él dice que la lucha contra la injusticia y la tortura no se puede reducir a una clarificación de conceptos y a un trabajo silogístico, sino que debe ser alcanzada por la solidaridad, la cual se verá nutrida por “la capacidad imaginativa de ver a los extraños como compañeros en el sufrimiento”. Esta imaginación –y por lo tanto, la moralidad– no puede ser desarrollada por la teoría o los sermones, por lo que Rorty propone el uso de historietas, películas, periódicos, documentales y novelas que nos acerquen al sufrimiento de personas en las cuales no habíamos reparado anteriormente.

 

    En pocas ocasiones se ha reflexionado “filosóficamente” el pensamiento de Cioran. Encasillado en la categoría de pesimista, su lucidez es considerada poética, por lo que sus críticas en pocas ocasiones llegan a ser tomadas en cuenta por la filosofía imperante. Savater ve en Cioran a un alma que despertó al sopor de los dogmas, de las explicaciones, de la esperanza, de las certezas y de la ciencia.

    Para Cioran, un filósofo es un empresario de ideas, es quien hace uso de los artificios del intelecto para abordar todos los sectores del espíritu y la moda, es el encargado crear construcciones y clasificaciones magníficas de las tribulaciones del hombre, reduciéndolas a un sistema o a una columna de una revista, manufacturando la angustia. La obra de un filósofo se reduce al juego y combinación de conceptos, que de nada sirven cuando a la angustia de un hombre. Cioran no encuentra en la filosofía ningún atisbo de verdad ni de originalidad. Sentimientos, libertad y creatividad les faltó a los filósofos para ser poetas. “Se me hizo imposible descubrir en Kant ninguna debilidad humana, ningún acento de verdadera tristeza; ni en Kant ni en ninguno de los demás filósofos”. En la filosofía se resguardan los tímidos y los tibios que desean eludir la existencia y protegerse de la suerte. “Los grandes sistemas no son en el fondo más que brillantes tautologías […] Simple proliferación de palabras, sutiles desplazamientos de los sentidos. Lo que es repele el abrazo verbal […]”. 

 

    Jean-François Revel ve en la filosofía una disciplina soberbia y alejada del mundo real. Al intentar una universalidad, ha tratado de copiar el modelo de las ciencias naturales, las cuales poseen un método y una terminología establecidos. Sin embargo, Revel ve nota que no existe dicho modelo, sino que cada corriente filosófica posee su propia terminología. Si la filosofía se niega al diálogo ingenuo –sin técnica y sin un empleo riguroso del vocabulario– o evita la crítica de provenga de otras doctrinas –que conceptualizan de distintas maneras los conceptos–, anula el diálogo, lo cual, se supone es la base del pensamiento crítico y filosófico. El adoctrinamiento filosófico trata de formar hombres capaces de plantear sus ideas –nada originales, por cierto– a un círculo académico lleno de soberbios, los cuales tiene nula repercusión en el mundo exterior. En la historia de la filosofía se habla de los pensadores y sus ideas como si el mundo se guiara bajo su luz, como si la evolución del pensamiento humano dependiera de la sucesión de las doctrinas filosóficas. 

Es corriente leer expresiones como: “Después de Descartes, resultó imposible...”; “Berkeley hizo justicia definitivamente a...”. Se razona así como si cada obra de filosofía se convirtiera, desde el momento en que aparece, en la manera de pensar de toda la humanidad.

 

Al ver la filosofía hace uso de la lógica, el que llegue a verdades sólo es consecuencia de un proceso dialéctico, por lo que Revel la entiende como la perpetuadora de ilusiones arbitrarias, por lo que la reduce a una clase de satisfacción estética, aunque reconoce que existen otras mucho mejores.

 

Peter Unger. Contra filosofía analítica. Crítica a la “realidad concreta”. La filosofía analítica se basa en creencias. Postura ya presentada por los detractores del positivismo. También parece crítica ya hecha de los positivistas a la filosofía continental. Rorty. Corregir proyecto de tesis.

 

    Es evidente que no todos los filósofos mentados corresponden a lo que Savater entiende por filosofía tachada, pues pensadores como Confucio, Montaigne y Erasmo de Rotterdam no tratan de cuartear los pilares sobre los que se sostiene la humanidad, sino que al contrario, en su pensamiento existe una propuesta para evitar el derrumbamiento, esto es, en la anulación de todo tipo de filosofía. Es por esto que también han sido dejados de lado en la historia de la filosofía, pues juegan y se mofan de la actividad más sublime que muchas personas conciben.

 

Añadir Condillac, copias Defez. Vs. Filósofos

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Más Nietzsche

Schopenhauer?

Henri Bergson

Tao

Freud

Jung

2. Los filósofos malditos






Sócrates identificó al mal con la ignorancia; quien conoce el bien, nunca se inclinará a actuar mal, pues éste volverá a su vida. Es por esto que en la República platónica, el gobernante debe ser educado en la filosofía, pues sólo con el conocimiento el bien llegará a todo el pueblo. Esta idea se ve replicada en diversas épocas y en distintos periodos, así como las asociaciones del mal con la ignorancia y el bien con el conocimiento. Un ejemplo contemporáneo es la propuesta moral de Peter Singer, filósofo utilitarista defensor de los derecho de los animales. Para Singer, el conocimiento del sufrimiento de los seres vivos basta para evitar provocar su sufrimiento y para reconocerlos en un plano de igualdad, así como fue hecho con los negros y las mujeres. Sin embargo, vemos que los intentos de los defensores de los animales se ven frustrados al encontrar personas que saben y reconocen el sufrimiento del otro y eso no les impide continuar con su maltrato. Los asistentes a las corridas de toros, los consumidores de carne, los experimentadores con animales, y, en un escenario más radical, los torturadores, asesinos y violadores de humanos, saben perfectamente que el otro sufre y que es gracias a ellos mismos, sin embargo eso no detiene sus acciones –y en ocasiones hasta las incitan–. Así como la propuesta de Singer se ve afectada con estos individuos, la idea de que el mal es consecuencia de la ignorancia se muestra débil frente a la realidad. Evocaremos algunos acontecimientos en la vida de algunos filósofos, en los se deja ver que la “actividad más sublime del hombre” no llega a tanto. Si bien es cierto que es una falacia el recurrir al argumento ad hominem, consideramos necesario mostrar cómo la razón –que tanto se jactaron de usar– no cambió de manera positiva el comportamiento de ciertos pensadores, ayudándoles incluso a justificar sus acciones inmorales.

    En Heráclito el Oscuro, siempre se ha visto a una persona amargada y egoísta, el cual vivió insultando y menospreciando al vulgo, tanto, que optó por aislarse completamente de la sociedad por años y regresó únicamente para morir bajo estiércol de caballo, asegurando que eso, y no los médicos, podía curar sus enfermedades.

    Empédocles vivió asegurando a sus seguidores que él ya se había transformado en una divinidad, logrando tener sirvientes siempre a sus pies y todos los lujos que alguien pudiera imaginar; sólo con su suicidio imperfectamente ejecutado, su gloria fue arrebatada para la eternidad. 

    Sócrates, en quien siempre se ve a la moralidad encarnada, vivió descuidando la vida de su familia, pero siempre viendo por la vida de todos los demás ciudadanos.

    Bernardo de Claraval, quien predicó que la humildad, la humillación y el amor desinteresado eran el camino para alcanzar la verdad de Cristo, fue el principal animador de la Segunda Cruzada, enardeciendo al pueblo a luchar contra el Islam en lo que él consideraba una guerra santa, guerra que fue perdida.

    Bacon, quien tantas veces afirmó que el estancamiento del conocimiento se debía al egoísmo y avaricia de los hombres, aceptó ser sobornado en su cargo político, perdiendo así la estima que le tenía el Parlamento.

    Schopenhauer, después de proponer un sistema moral en el que se reconociera a los demás como hermanos de sufrimiento y se evitara así el mal causado por los hombres, avienta por las escaleras a una anciana, dejándola convaleciente el resto de sus días y alegrándose en demasía cuando ésta muere, ya que su muerte significó el término de su manutención.

    No es desconocida la unión de Heidegger con el partido nacional socialista alemán, así como su traición al judío Edmund Husserl en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, a pesar ser considerado su mejor discípulo.

    Althusser, considerado una gran filósofo marxista con una gran moralidad, estranguló a su esposa y fue internado posteriormente en un hospital psiquiátrico.

    Cuando Michel Foucault se enteró de que tenía sida, lo primero que hizo fue comprarse un boleto de avión para ir a San Francisco; fue directo a los salones sadomasoquistas. Más de un amigo o enemigo contrajo SIDA por una de las mentes más brillantes del siglo XX.

    Los pensadores mentados anteriormente filosofaron haciendo un completo uso de su razón, sin embargo, el conocimiento y la entrega completa al pensamiento, no lograron que sus vidas fueras moralmente correctas, sino que sus acciones resultan perjudiciales para la vida social. Cuando leemos filosofías como la de Schopenhauer o la de Mainländer –por citar unas cuantas– comenzamos a creer que su filosofía es consecuencia de los pensamientos a los que se aferraron por todos los medios, a pesar de que podrían parecer irracionales o injustificables. Schopenhauer apuesta por una autonegación, por un ascetismo que nos lleve a la eliminación de la humanidad, logrando así la salvación del mundo frente al dolor y la redención de todas las representaciones humanas, es decir, del mundo. Para él, la apuesta por una revolución en busca de justicia es una contrariedad, puesto que lo que se logra es la propagación del dolor a través del tiempo. Esta posición contra a un posible conflicto armado va de acuerdo a su teoría epistemológica y de la negación, sin embargo, comenzamos a dudar de la legitimidad de su pensamiento en cuanto averiguamos que nuestro filósofo temía por la pérdida de su fortuna y sus comodidades en una posible revuelta. 

    Mainländer es otro filósofo que se aferró a una idea para muchos inmoral o irracional, sin embargo, fue capaz de justificarla por medio de la filosofía. Para Mainländer, el mundo está en un continuo movimiento hacía la muerte, es decir, en un futuro todo acabará irremediablemente. Ya que ese camino a la destrucción es un proceso largo y doloroso, nuestro pensador apuesta por la búsqueda de una vía rápida para llegar al mismo fin mortal, en otras palabras, el suicidio. Dicha idea la coronó literalmente con su propio cuerpo, colgándose sobre la pila de sus escritos. Es curioso ver que en su familia el suicidio era una actividad recurrente, sin embargo, él fue capaz de justificarla con el rigor y el estilo que exige la academia filosófica. 

    Con los ejemplos anteriores, vislumbramos que la filosofía y el uso de la razón no son actividades tan puras y libres como se esperaría, dejándolas quedar como simples herramientas (Meter Wittgenstein, Investigaciones filosóficas) que ayudan a articular de manera correcta un discurso deseado por motivos desconocidos, alejados de la lógica o el sentido común. A quienes se escandalicen por considerar a la razón como una simple herramienta, debemos recordarles que es posible la fabricación de una filosofía que agrade a los dirigentes en turno, a la religión o a las costumbres establecidas, es decir, una filosofía al gusto, pues “un gobierno no pagará un sueldo a una gente para contradecir directa o indirectamente lo que, a través de miles de sacerdotes o profesores de religión contratados por él, hace proclamar desde todos los púlpitos […]”. Podrían considerarse a estos fabricadores de sistemas como unos sofistas, pero pocos han sido los que no han cobrado a expensas del pensar.

    Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por la creencia de que la Ilustración sólo se interesaba en el uso correcto de la razón. Los Ilustrados no eran tontos, y sabían que una simple educación en filosofía no era suficiente, pues tanto podía justificar ideas dañinas a la sociedad, como podía limitarse a justificar el orden establecido; sin embargo ese aspecto de la Ilustración es olvidado o ignorado en la mayoría de las veces. En la Ilustración se propone la enseñanza de un oficio, pues “esto los preservaría de muchos vicios, del orgullo, de la pereza, de la disipación. En todo caso, la gran mayoría de los hombres tiene que ganarse el pan […]”. También se buscaba una educación en moral, cuidado personal, alimentación y ejercicios físicos, dejando que la educación en filosofía tuviera un papel secundario o bien, estuviera alimentada de “buenas y sanas intenciones”, para que un pensamiento nocivo no se viera transformado en discursos bellos y lógicamente correctos.

    Kant reconocía que un uso indiscriminado de la razón es perjudicial tanto para el individuo como para la humanidad, así que en numerosas ocasiones se dio a la tarea de limitar el pensamiento. Esta limitación no es sólo la epistemológica que Kant busca alcanzar a través de su Crítica de la razón pura, sino que también busca una limitación del uso de la razón, la cual es mucho más sutil, pues no solo no la declara abiertamente, sino que aparenta ir en su contra. A pesar de que en su breve ensayo ¿Qué es la Ilustración? hace un llamado al uso de la propia razón, distingue entre el uso público y el uso privado de ésta. Kant entiende por el uso público de la razón el deber que tiene el individuo de pensar libremente y de expresar las ideas que tenga con respecto a cualquier situación, sin embargo, por el uso privado de la razón, el ciudadano debe limitar el expresar lo que piensa con respecto a la responsabilidad que tiene en un sociedad civil o a las actividades que debe desempeñar para el equilibrio de la humanidad. En otro lugar, el filósofo también establece que el humano debe de dominar todas sus pasiones y el entendimiento cuando éstos sean contrarios a la moralidad. El individuo debe autodisciplinarse, poniendo por encima de él la incuestionable moralidad suprema y demostrando así la libertad absoluta que tiene sobre sus pasiones y su cuerpo. Sólo con este dominio el humano estará en sintonía con los fines primordiales de la naturaleza. Famoso es el imperativo categórico kantiano por el que se trata de dar una guía para las acciones, una razón práctica universal con la cual el humano puede conducir su voluntad y diferenciar objetivamente las acciones buenas de las malas. Para Kant, la libertad humana radica en su capacidad de autodominio y de razón, sin embargo, la entrega absoluta a indagaciones y pasiones ajenas a la moral –en palabras de Kant, la anarquía– sólo muestran cuán esclavo es el hombre de los móviles sensibles, quedando a merced de otras fuerzas y del azar. Queda claro que para Kant, todas las filosofías que Savater reconoce como tachadas, son simples justificaciones de las pasiones, de las cuales se convierten en esclavas, ya que no aceptan a la moral como superior y no se someten a una disciplina y examen rigurosos. Sin embargo, Savater muestra cómo éstas filosofías no quisieron ser esclavas de ningún límite, sino que se dedicaron a decir todo sin sujetarse a las consecuencias que esto pudiera traer. Es evidente que las consecuencias de esta forma de pensamiento son despreciadas por aquel pensamiento tranquilizador, que busca el orden y el mantenimiento de las estructuras ya establecidas. Savater ve en la Universidad a la cuna de esta ceguera impuesta, tachándola de ser “sólo una dócil oficina de administración de los espíritus, destinada a fabricar auténticos literales desalmados, gente sin alma ni ganas de tenerla […] mercaderes del espíritu manipulado, represores de la curiosidad y el sentido crítico juvenil […]”. Savater cita a Schopenhauer: “Filosofar hasta un cierto punto y no más, es una insuficiencia que constituye el carácter fundamental del racionalismo”. Cualquier tipo de filosofía positiva y tranquilizadora es aquella que se dedica a justificar lógicamente el sistema en el que está inscrita, y esto es evidente en las lecciones kantianas sobre moral, en las que ataca el suicidio, los delitos, los crimina carnis, el egoísmo y la libertad absoluta por medio de la existencia de Dios y la religión natural. Estos argumentos, que sostienen la forma de vida actual, se hacen insostenibles en cuanto se cuestiona la base sobre la que se fundan, lo que hace que Kant desee limitar la razón a merced de lo que él entiende por bienestar universal.

    No es mi propósito aquí el negar que el imperativo categórico kantiano traiga beneficios a la vida en sociedad, pero sí el señalar que al imponerlo a la humanidad está limitando su razón y está anulando el verdadero quehacer filosófico: tener el valor de no suprimir ninguna pregunta y llevarla hasta sus últimas consecuencias. No faltan los ejemplos de los pensadores que, como Kant, conocían los efectos negativos de la razón ilimitada. Quizá el mejor ejemplo sea el de Platón, quien en su República restringe la filosofía para el pueblo gobernado, logrando así la estabilidad. Después de conocer casos en los que la razón resultó perjudicial para la sociedad, tal vez podremos llegar a la conclusión de que su limitación y la imposición de un imperativo o una ley incuestionable sea una sabia elección, pero siempre reconociendo que es la estupidez y la mentira la que sostiene los pilares de la civilización, así como ya había reconocido Erasmo de Rotterdam.

 

3. La discriminación en la 

razón universal






Es en la Ilustración donde encontramos el más grande culto a la razón, al conocimiento y a la libertad, identificándolas como puramente humanas y como las que exaltan el espíritu y el orgullo del hombre. Los ilustrados suponen a la razón como la culminación de la naturaleza y como la herramienta por la que el hombre llegará a conocer todo lo que le rodea y todo lo que él es. “Tal es el papel de la razón: en presencia de lo oscuro y de lo dudoso se pone a la obra, juzga, compara, emplea una medida común, descubre, pronuncia. No hay función más elevada que la suya, puesto que está encargada de revelar la verdad, de denunciar el error”. La filosofía es la cumbre del proceso racional, ya que siempre va en búsqueda de la verdad. “La razón se basta a sí misma; el que la posee y la ejercita sin prejuicios no se engaña nunca […]; sigue infaliblemente el camino de la verdad. […] Toda aberración ha venido de que se ha creído ciegamente, en lugar de proceder a un examen racional”. 

    Para los ilustrados, la razón es el signo mediante el cual los hombres se reconocen entre sí como tales. “Esta, en efecto, es idéntica en todos los hombres. No tiene excepciones posibles […]. El criterio de la Verdad es su extensión en el espacio y en el tiempo”. Los ilustrados ven en las experiencias de los exploradores de su siglo que la razón “es la misma para todos los sujetos pensantes, para todas las naciones, para todas las épocas, para todas las culturas. Del cambio de los principios religiosos y de las normas morales, de las opiniones y los juicios teóricos, podemos decantar algo sólido y perdurable”. Muchas de estas ideas siguen teniendo una profunda repercusión en la actualidad, como lo es en la educación para la razón y las ciencias. A pesar del optimismo que este pensamiento trae consigo, podemos vislumbrar las consecuencias negativas que vinieron con la Ilustración —así como sus ideas de progreso, libertad y fraternidad– en la desconfianza que suscita en ciertos pensadores. Esta desconfianza la encuentra Hazard en los escritos melancólicos de Grimm:

Elogiamos nuestro siglo, creyéndolo más ilustrado que los que ha habido nunca, y nos engañamos. Es un error creer que el imperio apacible de la filosofía va a suceder a las largas tempestades de la sinrazón y fijar para siempre el reposo, la tranquilidad y la dicha del género humano; dulce error, pero error que hay que reconocer. «Por muchas ventajas que atribuyamos a nuestro siglo, se ve que no existen más que para un escaso número de elegidos, y que el pueblo nunca participa de ellas. El espíritu de las naciones se modifica hasta el infinito, pero el fondo sigue siendo el mismo en el hombre; y tal es la miseria de su condición, que cuanto más esenciales a su existencia parecen la verdad y la felicidad, más arrastrado es en todas las edades hacia el infortunio y la mentira.» 

También en el pensamiento contemporáneo de Caraco aparece la huella de desprecio hacia la Ilustración y sus consecuencias:

Se acabó ese optimismo que fue la suerte de tantos europeos durante cuatro siglos, la Fatalidad regresa a la Historia y nos preguntamos de súbito hacia dónde nos encaminamos, nos preguntamos sobre el porqué de aquello que pasa, la hermosa confianza de nuestros padres en un progreso sin límites, que acompañaba siempre una vida más humana, se ha desvanecido: damos vueltas en el círculo y no alcanzamos siquiera a concebir nuestras obras.

 

Podemos vislumbrar que la raíz de esa desconfianza hacia el pensamiento ilustrado se debe a la pretensión de universalidad de la razón, lo cual frustra cualquier intento de llegar a respuestas o a algún bienestar por otros medios. Existen pensadores que han cuestionado la validez de la supremacía de la razón; la crítica de Sandra Harding nos resultará pertinente. Harding dice que las ciencias naturales, sociales y las humanidades se hallan llenas de discriminaciones. Lo que la razón ha llegado a considerar problemas, conceptos, teorías, metodologías objetivas y verdades trascendentales no llegan a tanto. La forma de pensamiento conocida como razón, sólo se ajusta a la forma de interpretar el mundo desde una óptica de hombre blanco burgués. Lo que se entiende por razón, es en realidad un producto del pensamiento dominante, el cual ha olvidado que sus ideas llevan la marca de su género, su raza y su cultura, imponiéndolas a la fuerza como universales. Lo que esta imposición logró fue la infravaloración de otros métodos de conocimiento e interpretaciones del mundo, ya que con la imposición, las mujeres, los negros, las clases bajas y los nativos –considerados emprendedores de acciones y creencias irracionales y pasionales, contrarios a la razón– tuvieron que adaptar ese modo de pensar  y empezar a contribuir en su mejor distribución por el mundo. La crítica es extremadamente fuerte, pues nos deja ver cómo es que la Ilustración, a pesar de haber tratado de eliminar el imperio de la religión, puso a la razón y al conocimiento como el nuevo valor que regiría la vida de las personas, logrando –de manera irónica– que su libertad de pensamiento se viera anulada. Los filósofos ilustrados no notaron cómo es que su pensamiento tampoco fue libre, pues sólo era una consecuencia de la posición que les tocó vivir y del encomio al pensamiento lógico que ya habían experimentado los hombres precedentes a ellos, pero fueron los responsables de imponer ese modelo de pensamiento como el único universalmente válido y digno de seguir. 

   

    Después de la revisión de las críticas a la filosofía, es necesario preguntarnos sobre la pertinencia que tiene en la actualidad el establecimiento de una educación elemental y universal en filosofía. Si es verdad que el filosofar auténtico no trae ningún bien a la sociedad, si la filosofía que tranquiliza es una mentira, si el razonar correctamente y el conocimiento no hace a los hombres morales o felices, si lo que entendemos por un pensamiento lógico no es universal y se ha impuesto al mundo de manera discriminatoria, y si ya no existe una esperanza en el progreso y en el entusiasmo ilustrado, ¿para qué educar en filosofía? Si es que existe un motivo convincente para la enseñanza de la filosofía, ¿apostaría por una educación para una filosofía que tranquiliza o para la filosofía trepidante? 

    En el siguiente capítulo analizaremos la propuesta Filosofía para Niños de Matthew Lipman, evidenciaremos los fines que pretende alcanzar, el tipo de filosofía por el que se inclina, el método que propone, los resultados que ha alcanzado en su aplicación y la pertinencia que tiene o no en la actualidad.

    Corregir: Críticas de Arturo. (De hecho, nos entendemos, traductibilidad). (en trabajo Filosofía de la física, 5to semestre, creo en correo).

Revisa bien Harding, tal vez idealiza a la Mujer y a su pensamiento. 

Añade Whorf. (Un modelo indio-americano del universo, lenguaje, pensamiento y realidad. Hopi. Cada lenguaje determina la manera de ver la realidad). Checa si hay críticas

 











SEGUNDA PARTE:

 

LA LIBERTAD IMPUESTA







El que prefiere que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

 

BORGES, Los justos








1. La escuela de la libertad






En la actualidad, la amenaza a la enseñanza y la difusión de la filosofía se ve protagonizada por el desarrollo del sistema económico y social. Las humanidades se han visto excluidas de diversos sistemas de enseñanza a lo largo del mundo. México, al igual que España, Estados Unidos y Gran Bretaña, desplazó a la filosofía de los planes de estudio a nivel preparatoria. En 2008, durante el gobierno de Felipe Calderón, la “Reforma Integral de Educación Media Superior” (RIEMS) buscó poner énfasis en el tan criticado método por competencias, el cual “busca, justamente, la movilización de todos los conocimientos, actitudes, habilidades, etc. para el logro de resultados efectivos”. Este modelo está planteado en los documentos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), donde se afirma que es necesaria una nueva concepción en la educación del individuo que ayudara a la reproducción del metabolismo social, basada en los cambios tecnológicos, productivos y de comunicación. Estos proyectos tienen la finalidad de proveer al alumno las herramientas para cumplir con sus funciones práctico-utilitarias. “Es por ello que las disciplinas filosóficas, declaradas como inútiles en sentido práctico y contemplativas […] no tendrían, según esta limitada concepción, ninguna función”. El atribuir a la filosofía la inutilidad tiene sus raíces en ciertas declaraciones de algunos filósofos clásicos, baste Aristóteles para ejemplificar esto: “[…] el hombre de experiencia es considerado más sabio que los que poseen sensación del tipo que sea, y el hombre de arte más que los hombres de experiencia, y el director de la obra más que el obrero manual, y las ciencias teoréticas más que las productivas”. También dijo: “[…] las más exactas de las ciencias son las que versan mayormente sobre los primeros principios […]. Y ciertamente, todas las demás <ciencias> serán más necesarias que ella, pero ninguna es mejor”.

    Las críticas contra el nuevo modelo educativo por competencias tratan de señalar la reducción del individuo a un simple objeto para el trabajo. Además, los defensores de la enseñanza de la filosofía y, en general, de las humanidades, han tratado de demostrar cómo la filosofía es imprescindible para la sociedad, enumerando sus beneficios y algunos, mediante estudios y encuestas, haciendo evidente la tendencia natural que tienen los humanos hacia ella. Además, han propuesto métodos para la enseñanza de la filosofía, la educación de los profesores y la educación continua en la sociedad. Los defensores tienen muchas ideas en común, por lo que resumiremos sus propuestas y posteriormente las enlazaremos con las más conocidas y citadas en la actualidad: la de Matthew Lipman y la de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Gabriel Vargas Lozano, junto al Observatorio Filosófico de México, libró una fuerte defensa de la enseñanza de la filosofía en México frente al Senado de la República. Dentro de las actividades en defensa, Vargas Lozano publicó artículos, dedicó amplias secciones al tema en la revista Dialéctica, dio conferencias y publicó el libro Filosofía ¿para qué? Desafíos de la filosofía en el siglo XXI. Él trata de mostrar cómo la filosofía –bien enseñada– es útil, pues ayuda al individuo a llevar acabo cualquier actividad que se le presente. Como “el individuo no es una máquina de trabajar como lo mostró plásticamente Charles Chaplin en su película Tiempos modernos”, Vargas Lozano asegura que la filosofía también es útil para el humano, pues este tiene problemas éticos, tiene la necesidad de organizar su pensamiento, de exponer argumentos, de dialogar, de llegar a conclusiones, de defender sus derechos, de tener conciencia de su lugar en el mundo y de la situación en que vive, de buscar una sociedad justa, de resolver sus conflictos mediantes formas pacíficas y de relacionarse estéticamente con el mundo. El método que propone es la introducción de la filosofía en todos los ámbitos de la vida cotidiana, la no profundización en las dificultades filosóficas, la ruptura del lenguaje hermético filosófico, la difusión de las prácticas filosóficas en medios populares y la promoción del diálogo razonable para una convivencia pacífica. Vargas Lozano asegura que, mediante la enseñanza de la filosofía en los diferentes niveles académicos –por medio de maestros capacitados y comprometidos con su deber– y en ámbitos poco clásicos, la sociedad podrá verse libre del autoritarismo y de la sumisión.

Amparo Páramo Carmona, en su texto ¿Tiene sentido la enseñanza de la filosofía en el bachillerato?, afirma que la finalidad fundamental de la enseñanza de la filosofía debe ser suscitar en los alumnos la conciencia fundamental de los problemas de la ciencia y de la cultura, “de modo que la reflexión personal y libre sobre los valores y la condición humana fundamenten su conducta de cooperación social”. Amparo señala que no se trata de una educación adoctrinadora, pues lo que se quiere evitar es que el alumnado caiga en dogmatismos o en imitaciones, lo cual ahoga toda posibilidad de progreso. Lo que se busca es alentar la inquietud necesaria para el espíritu filosófico, propiciando así la búsqueda de la libertad intelectual y de la autonomía, evitando caer en el escepticismo, en actitudes reduccionistas o destructoras del saber filosófico. En la educación en filosofía se trata de propiciar el hábito de criticar cualquier sistema, para denunciar cualquier discurso incoherente y deshonesto, el cual busque cumplir con sus fines por medio del proselitismo. 

Amparo, al estilo de Piaget, cree encontrar en los adolescentes ciertas analogías con las circunstancias históricas en las que nació la filosofía en Grecia. “Va creciendo en su interior un proceso de emancipación frente a los padres y educadores, frente a la sociedad. Esa emancipación del individuo puede encontrarse en los orígenes de la Filosofía griega […]”. Otra similitud que encuentra Amparo es que “las experiencias personales del alumnado, facilitadas por los medios de comunicación […] le han abierto ya al pluralismo cultural (circunstancia presente igualmente en la Grecia del siglo VI antes de Cristo)”.

La tendencia a la emancipación concuerda con las críticas a lo tradicional, de la religión, de la política, de la sociedad, de los valores y de la imposición cultural. Por ello, Amparo manifiesta, que ese espíritu crítico debe ser correctamente guiado bajo la tutela de la filosofía y de la crítica rigurosa, las cuales buscan superar las actitudes emotivas y parciales que poco ayudan a la reflexión pura y a la búsqueda de realidades inaccesibles a otras ciencias.

Los métodos por los cuales Amparo busca cumplir sus objetivos radican en la correcta orientación de los educadores, pues éstos deben respetar la indefensión ideológica de los adolescentes y deben evitar “convertir las clases en tribuna de las convicciones propias y realizar una labor proselitista, buscando más ganar adeptos para una doctrina que ayudar al alumnado a buscar la verdad”. Amparo no apuesta por la simple enseñanza del filosofar, pues esta forma de pensamiento no podrá desarrollarse si no se poseen los contenidos que proporciona la enseñanza de la historia de la filosofía. Por lo tanto, es necesaria una exposición sistemática objetiva –en la medida de lo posible– de las diferentes corrientes de pensamiento a lo largo de la historia. Sin embargo, es evidente que no termina ahí la enseñanza de la filosofía, pues es necesaria la confrontación de dichas corrientes con los problemas que vive el educando, entendiendo así la repercusión que tiene un pensamiento en la vida práctica y pudiendo encontrar nuevas soluciones mediante el diálogo y el desentrañamiento y aclaración de los conceptos del discurso racional.

Las dos siguientes posturas educativas tienen un dejo de la teoría marxista, por lo cual señalaremos los aspectos en los cuales coinciden. Para Marx, la interpretación filosófica del mundo no es suficiente; se trata de cambiarlo. La evolución de los individuos, las religiones y de las sociedades es posible a través de su autoconocimiento, de su autocrítica y de la aceptación de que su pensamiento no es producto de sí mismo. Marx reconoce a la teoría filosófica orientada a la práctica como conocimiento emancipador, “es el tipo de entendimiento, en una situación dada, que un grupo o individuo requieren para cambiarla”. Terry Eagleton concibe a Marx como a un anti-filósofo, pues no se contenta con la actividad especulativa y metafísica de la filosofía precedente a él. Para Marx, es necesaria la crítica, el autoconocimiento y la filosofía práctica (política) para la transformación de las relaciones sociales que emanan de las quimeras idealistas, dogmáticas y fantásticas. Es necesario enfatizar que Marx no es un determinista, pues las ideas pueden transformar la realidad que las condiciona. “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con las que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”. La filosofía de Marx busca “identificar y tratar de desmantelar las contradicciones sociales que en el presente nos impiden vivir lo que él llamaría una vida verdaderamente humana, con toda la riqueza de nuestras fuerzas corporales y espirituales”.

Walter Omar Koham es un partidario del modelo Filosofía para niños. En su texto Educación y filosofía: ¿para qué hacer filosofía con niños, don Simón Rodríguez?, pretende enlazar la propuesta de educación filosófica con el pensador venezolano Simón Rodríguez, a quien se le conoce casi exclusivamente como el maestro de Bolívar. Dicha figura latinoamericana se caracterizó por ser un maestro errante, viajando por el mundo mientras abría escuelas con su propio método de enseñanza. Las escuelas que construye tienen la finalidad de incluir al pueblo, a los brutos y a los estudiantes ilegítimos. Bolívar lo nombró Director de Enseñanza Pública, pero las intenciones de Rodríguez van en contra de otros intereses, por lo cual fracasan sus intentos de formar para la vida a los excluidos. Su idea era “educación popular, en la que los maestros ayuden a las personas más excluidas a encontrar un lugar, su lugar, Piensa que de esa manera las escuelas cumplirían la función que les es propia en una sociedad republicana”. Hace hincapié en que los profesores no deben dedicarse a la transmisión vacía de saberes inútiles, sino que deben enseñar a vivir y a tener conciencia social. “La educación que América necesita, que Rodríguez llama de educación general, popular o social es justamente la que integra el conocimiento y la vida, la que enseña a las gentes a vivir, lo que significa enseñar a ser personas activas, animadas, autónomas”. La educación también tiene una relación directa con la vida en sociedad, puesto que nadie es educado en una sociedad en la que hay personas sin educación; nadie debe pensar para sí mismo. Es por esto que Rodríguez no busca imitar el modelo europeo, que ha logrado crear una sociedad deseducada y con millones de excluidos, que basa su educación en la imitación, en el servilismo y en las habilidades sofísticas derivadas de la lógica aristotélica, que en nada ayudan en la búsqueda de la libertad y de una verdadera sociedad. 

Para Rodríguez, el maestro es quien debe enseñar a aprender y a generar el deseo de saber; debe ser quien saca de la apatía, de la comodidad, de la ilusión y del aislamiento. El maestro “no se preocupa tanto con lo que de hecho aprende el que aprenda sino con que nunca deje de aprender”. Simón Rodríguez “educa en la inconformidad, la resistencia y la apuesta a la creación permanente de un mundo nuevo, de una nueva manera de vivir, inédita en cualquier lugar de este mundo”.

Walter Kohan relaciona el ímpetu de Simón Rodríguez con la idea  de incluir a la filosofía en la educación popular. Para Kohan, en la educación se debe superar la fragmentación del currículum escolar, logrando que el conocimiento humano tenga una comprensión unificada. Kohan asegura que esta finalidad es posible mediante la filosofía. Es necesario señalar que la filosofía que busca no debe ser académica, esto es, es necesaria una traducción de los textos con lenguaje hermético. Los beneficios que traerá esta educación filosófica son la comprensión más adecuada y profunda de los conocimientos, la promoción de una investigación autocrítica, la mejora en la elaboración de los juicios sobre las dimensiones problemáticas y la búsqueda de una sociedad mejor. La educación en filosofía, de acuerdo a la postura de Kohan, ayuda a desarrollar las habilidades de pensamiento que posibilitan las metas mencionadas, así como el desarrollo conceptual que permite la claridad de ideas, lo cual es necesario para una sociedad basada en el diálogo y la discusión. 

La siguiente postura también tiene correspondencia con las ideas de Marx. Paulo Freire, pedagogo brasileño y uno de los teóricos en educación más influyentes en el siglo XX, buscaba impulsar en las escuelas una pedagogía crítica, la cual ayudara a los educandos a cuestionar gravemente la dominación que ciertas prácticas y creencias ejercen en la vida de los individuos. Este cuestionamiento viene de la mano de la emancipación social y del progreso económico y social, el cual sustentaría una nueva ciencia objetiva. Es una educación liberadora y transformadora, consciente y práctica, reflexiva y evaluativa. Evidentemente es una educación política, puesto que se busca desarrollar seres sociales activos, críticos y transformadores de la sociedad en la que están inmersos. Sylvia van Dijk, doctora en ciencias de la educación, desarrolla en su texto La autonomía del educando como logro educativo, un análisis de las contradicciones que se encuentran en el ámbito escolar con respecto a la aparente autonomía del educando. La autonomía que se busca en los niños no sólo es la de sus juicios, sino en los ámbitos del cuidado personal, el deseo de aprender, capacidad de escoger y en la resolución de problemas. Dicha reflexión se desarrolla tomando como base los aportes de Paulo Freire. Para van Dijk, es necesario que los educandos tengan la oportunidad genuina de ejercer su autonomía, ya que esta es sólo una meta hipócrita en el discurso educativo. La razón de esto reside en que a los menos de edad de les consideran como seres inmaduros, incapaces de formular sus propios juicios y dependientes moralmente de los adultos. “Cuando se utiliza la noción de autonomía en el contexto escolar, se trunca su significado, ya que generalmente los adultos hablan de la autonomía de los niños en el sentido de que estos últimos actúen por decisión propia, pero asumiendo y respetando normas preestablecidas”. Es decir, de acuerdo al Programa de Educación Preescolar de la Secretaría de Educación Pública, el niño actúa de manera autónoma sólo cuando cumple lo que se espera de él; cuando los niños hayan internalizado las normas de su entorno y puedan actuar de acuerdo a las normas existente sin la supervisión de un adulto. No sólo la desconfianza en las capacidades del niño son las que impiden la ejecución de su autonomía, sino que las pautas culturales retrasan los procesos de independencia: “no dejan al niño escoger solo su ropa, vestirse y peinarse, pues tarda demasiado tiempo y siempre vivimos de prisa […]; a la hora de los alimentos las mamás determinan cuánto han de comer los niños en lugar de permitir que […] ellos puedan determinar las cantidades de su ingesta de acuerdo a lo que su cuerpo les dice”. Estos obstáculos matan las iniciativas, las preguntas y la capacidad de asombro de los niños, por lo que, de acuerdo a van Dijk, cierra las oportunidades de construir nuevas relaciones y realidades sociales. Si al niño se le imponen reglas para la resolución de problemas, es difícil que se conviertan en sujetos capaces de vincularse activamente en su entorno aportando nuevos elementos para su transformación e interpretación, además de que es complicado que superen los dogmas y comportamientos despóticos propios de su estrato social. “Son sobrevivientes de entornos impositivos cuya única norma es la ciega obediencia, el simple condicionamiento”. Lo que se busca en el educador es el fomento de la capacidad humana de buscar explicaciones, de experimentar y de expresarse de nuevas maneras para transformar el mundo. El maestro debe preparar ambientes interesantes y desafiantes para el alumno, debe plantear retos y preguntas, abrir espacios de reflexión y de acción, y debe fomentar el diálogo. Como ya hemos visto en varios autores, lo que se busca en la educación no es una simple transmisión de conocimientos aislados, sino una relación humana entre maestro y alumno, en la cual ninguno está un peldaño arriba y ambos están abiertos a actitudes críticas y fraternas. “Aceptar que el conocimiento no es estático, que se transforma continuamente, que es dialógico y situado, es un primer paso para poder plantear preguntas y abrirse a un genuino proceso educativo”. La importancia conferida al diálogo proviene de la afirmación de que: 

[l]a autonomía no es resultado de procesos únicamente individuales, sino por el contrario se construye a partir de verdaderas relaciones que cuestionan constructivamente al otro, que amorosamente le permiten equivocarse, ser imperfecto, cometer errores para aprender de ellos, sin sentirse solo y abandonado.

 

Para van Dijk, la cantidad alarmante de adolescentes sin planes de vida que observamos en la actualidad, es consecuencia de un sistema educativo que fomenta la pasividad del alumnado, ya que no se saben capaces de reflexionar y de transformar su contexto. Las tendencias autodestructivas de los jóvenes, como las drogas y las actividades ilícitas y violentas “responden a una conciencia ingenua que les impide analizar críticamente sus procesos vitales. No se cuenta más que con el depósito de imágenes violentas que la televisión, los videojuegos y la realidad de su entorno les brindan”. Los adultos, productos de la educación actual, también son víctimas de la conciencia ingenua, pues no analizan las sociedades depredadoras, contaminantes y discriminatorias en las que están inscritos.

Los alumnos no comprenden lo que leen, no son capaces de utilizar el pensamiento lógico para la resolución de problemas y las relaciones que establecen en las aulas no son más que contactos. Ya que el individuo no actuó según su propia libertad desde su proceso formativo y se vio forzado a actuar aisladamente y de acuerdo a los mandatos de las autoridades, el hombre moderno se mantiene paralizado frente al mundo. La meta que busca van Dijk, inspirada en el modelo de Freire, es brindar a las nuevas generaciones las herramientas “para que puedan acceder a la aventura maravillosa de una búsqueda por construir un mundo más amable para todos”. Dicha herramienta es la conciencia crítica y amorosa.

 

    Las posturas antes mencionadas provienen de los actuales defensores de la educación en filosofía. Dichas propuestas tienen su origen en el modelo educativo de Matthew Lipman, quien en el año 1968, inició con la propuesta educativa Filosofía para niños (FpN), escribiendo su primera novela filosófica El descubrimiento de Ari Stóteles. Lipman puso por primera vez en práctica su proyecto en una escuela de los suburbios de New Jersey, con un grupo de 40 alumnos de séptimo grado. Antes de iniciar el proyecto, aplicó a los alumnos el test California de madurez mental –de razonamiento lógico–. Dividió su novela El descubrimiento de ARI en 17 capítulos, discutiendo cada uno en cada clase, dos veces a la semana. Pocas semanas después de llevar a cabo el proyecto, Lipman declaró que “se había avanzado en dos años en su edad mental”. Cuatro años más tarde, junto con Ann Sharp, creó en New Jersey el Instituto para el Desarrollo de la Filosofía para Niños, donde publicaron libros y manuales para profesores. La propuesta de Lipman ha tenido una gran repercusión en todo el mundo, pues en 25 años fue implementado en más de 30 países. El éxito de la propuesta se debe a que fue una de las primeras ocasiones en las que se busca que la filosofía cumpla un papel fundamental en la educación popular. 

    Las raíces teóricas de Lipman están relacionadas con el pensamiento de John Dewey, considerado como el fundador del pensamiento crítico. (Añadir definición de glosario de UNESCO) Dewey sostiene que “la mejor manera de pensar, se denomina pensamiento reflexivo, es decir el tipo de pensamiento que consiste en darle vueltas a un tema en la cabeza y tomárselo en serio con todas sus consecuencias”, por lo tanto, el pensamiento reflexivo busca trascender las simples creencias, opiniones y errores, ya que se basa en la correcta concatenación de pensamientos y en la búsqueda y exigencia de evidencia empírica. En palabras de Dewey: “Lo que constituye el pensamiento reflexivo es el examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende”.

   

Objetivos

A través de ciertas lecturas, determinadas por la edad, y ejercicios guiados por el docente, el programa Filosofía para Niños espera que el alumno desarrolle una habilidad, como el cuestionamiento, el diálogo, la moral y el pensamiento crítico y creativo. El modelo de Lipman es tan popular que ha inspirado cientos de libros, artículos y ensayos, los cuales aportan novedades al modelo, señalan los beneficios que ha traído a los alumnos, reportan los cambios en los educandos, proponen la inclusión del modelo a otros países y niveles académicos y añaden más material didáctico. Matthew Lipman considera que la filosofía es la encargada de conseguir la colaboración entre educación y democracia. Para él, mediante el programa Filosofía para Niños se conseguirán sociedades libres y solidarias mediante el desarrollo de “personas capaces de pensar por sí mismas en el marco de un proceso solidario y cooperativo de discusión”. La sociedad necesita de personas críticas y solidarias. Lipman desea “convertir el aula en una comunidad de investigación preocupada por buscar el sentido de la propia existencia y del mundo que nos rodea, preocupada por la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza”. Nuestro autor afirma que la educación tiene que ser redefinida como el fomento de la capacidad de pensar, en vez de la simple transmisión de conocimientos, idea que vimos muchas veces replicada en los defensores de la filosofía. Para Lipman, una persona completamente educada no es aquella que memoriza datos considerados como valiosos o importantes, sino aquel que es capaz de tratar cada disciplina como un lenguaje y pensar con fluidez en ese lenguaje, manejar el razonamiento en el contexto filosófico y mostrar los logros educativos no sólo como una adquisición de capacidades intelectuales o una simple acumulación conceptual, sino como una asimilación original que permite ampliar su espíritu (fuente). Ya que la filosofía es la disciplina que mejor prepara para pensar en términos de otras asignaturas, dice Lipman, hay que asignarle un papel central en la educación.

    Para Lipman, el objetivo del diálogo en el aula es crear una comunidad de investigación filosófica que anime a los alumnos a emplear los métodos de investigación para que puedan evaluar los hechos, detectar incoherencias y contradicciones, deducir conclusiones válidas, construir hipótesis y utilizar criterios para que comprendan las posibilidades de la objetividad cuando se trata tanto de hechos como de valores. El autor pretende desarrollar lo que considera las herramientas filosóficas por excelencia,(cita) el ejercicio de la razón, del diálogo y de la crítica. La propuesta de Lipman es teleológica; busca que la filosofía tenga un papel práctico en la sociedad, logrando que los individuos desarrollen su autonomía, su capacidad de autorreflexión y de la elaboración de argumentos sólidos, para que, además de prepararlos para cualquier tipo de profesión, se formen ciudadanos participativos, justos y plurales.

    Sintetizaremos los objetivos de Filosofía para Niños de acuerdo a la breve lista que formuló Ann Margaret Sharp, colaboradora de Lipman:

  • Promover el sentido de comunidad como preparación para una sociedad democrática, escuchándose unos a otros, apoyando a los demás ampliando y elaborando puntos de vista, sometiendo opiniones a la investigación crítica, tomando en serio las ideas de otros, respondiendo y alentando a expresar puntos de vista, abriéndose a la posibilidad de cambiar propias opiniones, desarrollando la confianza, la autonomía, la autoestima y la tolerancia, así como fomentando el respeto. “La comunidad de indagación […] constituye una praxis, acción reflexiva-comunitaria, una manera de actuar en el mundo. Es un medio para la transformación personal y moral de los participantes, logrando un progresivo abandono del subjetivismo, del aislamiento social e intelectual”.
  • Cultivar las habilidades de diálogo, cuestionamiento, investigación reflexiva y del buen juicio, propios de la indagación filosófica. Dichas habilidades son clasificadas en tres grupos: 1) razonamiento e indagación –dar y pedir buenas razones, hacer buenas distinciones, hacer predicciones, formular hipótesis, detectar supuestos, plantear buenas preguntas, reconocer falacias, exigir clarificación, etc.–; 2) formación de conceptos –lo justo, lo verdadero, reglas, obligaciones, libertad, etc.–; y 3) construcción de sentido –tratar de aclarar lo confuso o desconcertante mediante el diálogo–.

   

Novelas filosóficas

En Filosofía en el aula, Lipman denuncia las deficiencias cognitivas con las que los alumnos llegan a la universidad, concluyendo que la educación recibida buscaba enseñar a memorizar más que enseñar a pensar. Por lo tanto, Lipman consideró necesaria la introducción del pensamiento filosófico a muy temprana edad. El Curriculum de Filosofía para Niños está compuesto de una serie de cuentos y novelas dirigidas para edades específicas de acuerdo al tema que abordan, el lenguaje que utilizan y las problemáticas que plantean. Las novelas filosóficas sobre las que se discute en cada clase fueron escritas eliminando toda la jerga filosófica que impidiera la completa comprensión del educando y del docente, logrando así la relación con la experiencia cotidiana. En la siguiente tabla se muestra la edad con la cual es idónea trabajar cada novela, el Manual con el que trabajan los profesores y los objetivos que se persiguen.

Edad (años)

Novela

Manual

Objetivos

3 a 5

Hospital de Muñecas

Tratando de entender el mundo

·        Que el individuo reconozca su identidad personal

·        Reconocer al otro como alguien que piensa y siente

·        Darse cuenta de lo que es importante

5 a 7

Elfi

Relacionando nuestros pensamientos

·        Desarrollo del lenguaje

·        Reconocer las distinciones, comparaciones y relaciones en una conversación

·        Conceptualizar

·        Razonar los sentimientos

7 a 9

Kio y Agus

Asombrándose ante el Mundo

·        Reconocer las estructuras semánticas y sintácticas en el lenguaje

·        Identificación y manejo de la ambigüedad

·        Establecer la relación entre naturaleza y humanos

·        Razonar sobre cómo aprendemos a través de nuestros sentidos

9 a 11

Pixie

En busca de

sentido

·        Razonar sobre diferentes maneras de conocer las cosas

·        Cuestionar el papel del lenguaje en el conocimiento

·        Manejo de metáforas y analogías

·        Identificar los tipos de relaciones humanas y conceptuales

11 a 13

El descubrimiento de Ari Stóteles

Investigación filosófica

·        Ofrecer a los alumnos un modelo dialógico en la comunidad de investigación

·        Manejar un método de indagación filosófica

·        Descubrir las estructuras lógicas del lenguaje

·        Conocer modos alternativos de pensamiento

·        Trabajar con ejercicios de razonamiento lógico formal e informal

11 a 12

Lisa

Investigación

ética

·        Cuestionarse sobre el origen y el fin de la ética

·        Descubrir juicios

·        Considerar los factores implicados al evaluar una situación

12 a 16

Mark

Investigación

social

·        Evaluar temas de política y sociedad

 

 

Capacitación del educador

Cada novela cuenta con un Manual para el Profesor, el cual contiene sugerencias metodológicas, preguntas a plantear, los objetivos buscados y los temas por los que se tiene que guiar a los alumnos después de la lectura. Tanto las novelas, como los manuales, se encuentran traducidos en su totalidad al español. El docente cumple un rol fundamental en el programa FpN, pues él se encarga de que la discusión sea realmente filosófica. “Debe formular preguntas orientadoras, disparadoras, a los efectos de orientar la discusión hacia la pertinencia, la calidad esperable, la escucha de las ideas filosóficas, detectarlas y retomarlas con claridad para que el grupo las debata”. Las tareas del docente son el ayudar a descubrir falacias en los razonamientos y el llegar a soluciones lógicas. Lo que se espera del docente es que no sea el proveedor de respuestas, juicios incuestionables o creador de proselitismo hacia ciertas doctrinas filosóficas, sino que guíe el diálogo y ayude a los alumnos a desarrollar su curiosidad y creatividad para la resolución de problemas, logrando así su completa autonomía intelectual. Como el docente juega un papel tan importante, la simple lectura de los manuales para profesores no es suficiente, por lo que es necesaria una capacitación certificada que garantice la calidad de la enseñanza. Es necesaria una “formación filosófica, un interés real y una creencia en la filosofía como disciplina adecuada para llevar a cabo una educación en las destrezas y capacidades del razonamiento y del conocimiento”. En los inicios de la propuesta FpN, cuando alguien a lo largo del mundo se interesaba en ella, viajaba a Estados Unidos a tomar un seminario intensivo de formación que el mismo Lipman ofrecía en New Jersey. En un año se impartían cuatro seminarios, con diez o catorce días de duración. Ahí se trabajaba con las novelas filosóficas o sobre los fundamentos del programa, para después poder ser adaptado a otras novelas o recursos propios del país de origen del docente. Al término del seminario, los participantes obtenían las licencias para traducir y expandir el programa. Actualmente existen programas internacionales que capacitan y certifican a los profesores, logrando estandarizar las prácticas de FpN y que la incorporación de nuevos recursos que propicien la discusión filosófica sea la adecuada.

 

Metodología de las clases

La dimensión fundamental de la educación humanista es el diálogo que respeta al otro y lo reconoce como capaz de formular sus propias visiones. Lipman dice: 

[…] cuando las personas se ponen a dialogar, están obligadas a reflexionar, a concentrarse, a tener en cuenta alternativas, a escuchar con esmero, a prestar cuidadosa atención a las definiciones y significados, a reconocer opciones en las que antes no se había pensado, y, en general, a realizar un amplio número de actividades mentales en las que no se hubieran metido si nunca hubiera habido una conversación.

 

Lo anterior pretende transformar la educación, no limitándola a una transmisión de saberes, sino en una educación humanista y pragmática, la cual espera tener una profunda repercusión en la vida social. Con esta educación se busca alimentar la creatividad de los alumnos, ayudando así a una resolución de problemas efectiva y pacífica. Para que la discusión sea afortunada se presupone un ambiente de aceptación, respeto y valoración, por lo que previamente se busca lograr el seguimiento de las reglas con respecto a los turnos de hablar, preguntar, responder y dar razones. En este diálogo, además de la participación de todos los alumnos en la comunidad de investigación, se busca eliminar también las barreras educador-educando, colocando a ambos en un plano de igualdad donde el intercambio de ideas es genuino. Por lo tanto, antes de iniciar la sesión de FpN, los docentes tienen que llevar a cabo una actividad preliminar necesaria para que la clase fluya correctamente. Esta actividad busca disparar el clima adecuado para la discusión y generar una predisposición al trabajo colaborativo.

    La lectura de la novela filosófica puede llevarse a cabo con niños no lectores, valiéndose de la narración expresiva por parte del docente. Si los niños saben leer, deberán sentarse en círculo y realizar la lectura entre todos, leyendo cada quien un párrafo. Después de la lectura del capítulo de la novela filosófica, el educador debe promover y guiar la discusión del grupo en torno a un concepto o a un problema. Existen dos tipos de planes para la construcción de las preguntas,: el plan acumulativo o el no-acumulativo. En el primero, las preguntas forman una serie en la cual cada una se construye de acuerdo a las intervenciones de los alumnos, y en el segundo, se forman alrededor de un tema, enfocándolo desde ángulos diferentes. Las series de preguntas pueden ser encontradas en los Manuales para el profesor o deben surgir por las inquietudes de los alumnos, los cuales deben escribirlas en un pizarrón, señalando en qué partes del texto surgieron, promoviendo así la capacidad de cuestionamiento. La comunidad de investigación revisará dichas preguntas y las jerarquizará de acuerdo a su relevancia con respecto al texto. Estas preguntas deben ser contestadas por el alumno en turno, y debe dar ejemplos y razones con su respuesta, teniendo la posibilidad de utilizar recursos gráficos para complementar su participación de manera reflexiva y creativa. Otra posibilidad para el desarrollo del diálogo es la de anotar en el pizarrón las palabras o conceptos claves del texto y discutir las relaciones entre ellas,  agrupándolas en parejas o acomodándolas en un organizador gráfico. Después de la jerarquización de preguntas o la selección de palabras clave comenzará propiamente el diálogo filosófico, el cual busca construir conocimiento conjuntamente, promoviendo así una formación de individuos solidarios y comprometidos con los demás, al mismo tiempo que los educandos desarrollan las habilidades de pensamiento de las que ya hablamos anteriormente.

 

    La revisión de las posturas anteriores es un simple vistazo a todas esas tendencias que buscan la implementación de la filosofía en la educación, sin embargo sirvieron como fundamento a la propuesta unificadora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Como agencia especial de la ONU encargada de contribuir a la paz del mundo mediante la educación, en 2007 publicó su tan aclamado libro La filosofía, una escuela de la libertad

    En él se recaba información sobre la situación mundial que enfrenta la filosofía, se justifica el por qué es necesaria su presencia mundial en la sociedad y se hacen propuestas para su enseñanza en todos los niveles educativos, así como su implementación en ámbitos no académicos, buscando con ello la igualdad de oportunidades para todos los individuos. A dicho texto se le ha dado tanta importancia que se han elaborado mesas de diálogo, debates, conferencias y millares de ensayos en todo el mundo. En nuestro país, el Observatorio Filosófico de México promovió la organización de eventos que trabajaran sobre el libro, pidiendo después el envío de los materiales producidos para su posterior difusión. 

    Antes de comenzar con la síntesis de la postura de la UNESCO, creo necesaria la introducción de dos citas que considero fundamentales para intuir el rumbo que tomará el libro y sobre las que volveremos más adelante. La primera cita es con la que el libro da inicio:

No basta con luchar contra el analfabetismo, hay que determinar también cuáles son los textos que se hará leer a los seres humanos; no basta con trabajar en común para hacer descubrimientos científicos, hay que asegurarse también que cada ser humano comprenda que el valor de la ciencia reside menos en sus aplicaciones que en la emancipación del espíritu humano y en la creación de una vasta comunidad espiritual por encima de los clanes y de los imperios.

 

La segunda se encuentra en los Anexos, al final del libro, en los cuales, la UNESCO introduce un glosario, del cual extraeremos su completa definición de filosofía, evitando así su distorsión o malinterpretación. Dicha definición es muy importante, puesto que hacen constante referencia a ella a lo largo de todo el libro.

F

Filosofía

La definición en esta obra del término «filosofía» hace referencia al sentido que los redactores de este estudio desearon expresar en sus análisis. Como asignatura de enseñanza, la palabra filosofía, difícil de delimitar, designa una materia que se enseña o un tipo de actividad pedagógica, ya que hay tanto actividades de carácter filosófico en las que la palabra «filosofía» no figura en sus títulos, como «curso de moral», «curso de ética», «curso de ciudadanía», a veces «enseñanza teológica» o incluso «instrucción religiosa», cuando se trata de una enseñanza no dogmática. A veces, se puede manifestar cierta perplejidad ante lo que se denomina en ciertos sistemas educativos «filosofía», cuando no se procura crear en el alumno una dimensión reflexiva. Para evitar reducir el alcance de la palabra «filosofía» –cuya definición es en sí misma una cuestión de orden filosófico– los redactores de este estudio adoptaron una postura de cuestionamiento. En efecto, la filosofía se interroga sin cesar sobre lo que no es (la moral, la ciencia, etc.) y sobre lo que es en realidad: un cierto tipo de saber, pero ¿cuál?; una práctica, pero ¿de qué tipo? Las respuestas varían considerablemente de un filósofo a otro: pensar por uno mismo o vivir con sabiduría; interpretar el mundo o transformarlo; conformarse con el orden del mundo o revolucionarlo; buscar el placer o la virtud; aprender a vivir o a morir; pensar por conceptos o por metáforas, etc. Una serie de interrogantes cuyo análisis filosófico también varía mucho en las distintas áreas culturales.

 

Para dejar más clara la definición anterior, en otra parte del libro se entiende filosofía como “una actitud y una manera de vivir, exigente y rigurosa; es también una enseñanza, una escuela y, por lo tanto, un saber […] –todo ello animado por un espíritu de descubrimiento y de curiosidad inherente a la filosofía”. Además, se estipula que la filosofía es crítica: “debe consistir en una labor de selección reflexiva y metódica de las informaciones brutas que nos proporciona nuestra experiencia personal y social”.

    La UNESCO afirma que es necesaria una sociedad libre, lo cual se alcanzará por medio de la educación en filosofía. A pesar de que en el glosario no definen puntalmente libertad, lo que se entiende es la capacidad de juzgar por medio de la razón y no guiarse por opiniones o doctrinas, fomentando así un verdadero diálogo, en el que el intercambio de ideas sea eficaz y lleve a la paz. Al igual que Kant, lo que se busca es liberar al individuo de toda tutela, de todo dogma supuestamente intangible y de imposiciones rígidas en la enseñanza. La filosofía, dice la UNESCO, trata de combatir el oscurantismo y el extremismo en el que se ve subsumida la sociedad actualmente con toda la propaganda, el fanatismo, la exclusión y la intolerancia que se encuentran en todos los rincones del mundo.

    El libro se lleva a cabo en tres tiempos: 1) recabando los aportes de estudios anteriores; 2) describiendo la enseñanza de hoy; y 3) esbozando perspectivas para el futuro. La investigación que realizó la UNESCO está basada en una rica labor documental y bibliográfica; con ello se busca exponer brevemente las propuestas anteriores, reformulando o mejorando los programas ya existentes, y ampliando o reforzando aquellos programas que ya están en correcto funcionamiento en todo el mundo. “Se hizo todo lo posible para abarcar el mayor número posible de Estados Miembros de la Organización, con el fin de ilustrar fielmente su vocación mundial. Se consultó a todos los países sin excepción y muchos de ellos contribuyeron a enriquecer el estudio […]”. 

    Los cuatro capítulos en los que se divide el libro versan sobre las facetas de la enseñanza de la filosofía formal e informal, a saber: 

i.La filosofía y los jóvenes espíritus: la edad del asombro –su enseñanza a nivel preescolar y primario–.

ii.La filosofía en la edad del cuestionamiento –su enseñanza a nivel secundario–.

iii.La filosofía en el campo universitario –su enseñanza a nivel superior–.

iv.Otros caminos para descubrir la filosofía –su práctica en la polis–.

 

La UNESCO hace hincapié en que la enseñanza de la filosofía no debe estar supeditada a ninguna consideración política, económica o religiosa, manteniendo así su autonomía; sin embargo, debe estar vinculada con la formación académica o laboral de todos los educandos. Otro aspecto que no debemos perder de vista del deseo de la UNESCO por popularizar una cultura filosófica internacional es –al igual que en el programa de Lipman– el de vincularla con la democracia. Los datos que arrojan los estudios de la UNESCO evidencian su estrecha relación:

La [encuesta] de 1994, titulada «Filosofía y democracia en el mundo», reunió́ datos que provenían de 66 Estados miembros. Independientemente de los aspectos cuantitativos, sin precedentes en este campo, el estudio de 1994 no fue exactamente un estudio sobre la situación de la enseñanza de la filosofía sino más bien un análisis de los vínculos entre la educación filosófica y los procesos democráticos. […] este estudio también permitió́ demostrar que la enseñanza de la filosofía se organiza y se amplía al mismo tiempo que la democracia.

 

Lo que la UNESCO trata de demostrar es que una sociedad educada en filosofía propiciará una organización democrática, así como una sociedad verdaderamente democrática proveerá los medios para una educación filosófica. Sobre este importante punto volveremos en el próximo capítulo.

    La UNESCO se declara consciente de la importancia que tienen todas las materias en el proceso educativo, por lo cual aseguran que la filosofía solo podrá cumplir con su función en la medida en que la relación con las demás asignaturas sea completa, logrando un enriquecimiento mutuo. En este libro, declara la UNESCO, se procura demostrar la razón der ser de la filosofía y su necesidad. Aquí, la apuesta por una educación en filosofía no atiende a la necesidad abstracta de la contemplación y de la búsqueda de la verdad, sino que busca que tenga una repercusión práctica y directa en el ámbito social, en la acción para el futuro. Es por esta aparente necesidad en la vida práctica, que la UNESCO, atendiendo a trabajos como la Declaración de París para la Filosofía, trata de reivindicar el derecho a la filosofía y a su enseñanza en aquellos países que han buscado su reducción o supresión, así como su fortalecimiento en aquéllos donde ya existe.

    La UNESCO establece claramente los objetivos de este libro a corto, mediano y largo plazo, a saber:

  • Ofrecer una instantánea de la enseñanza de la filosofía lo más fiel y documentada posible.
  • Ayudar a los Estados miembros en sus decisiones futuras sobre la filosofía, con inspiraciones, ideas o experiencias.
  • Dejar atrás las diferencias en las modalidades de enseñanza y converger todas hacia un ideal compartido: “¿Qué otra razón de ser tiene la filosofía […] sino su vocación primera de alcanzar la construcción de la paz en el espíritu de los seres humanos?

La filosofía no es un fin, sino que es el medio para llegar a la paz.

    Ya que ha sido considerada excluyente, la UNESCO recalca la universalidad de su estudio, tachando de anticuadas aquellas posturas que creen encontrar el origen de la filosofía en Grecia o que presuponen a los derechos humanos con una única y esencial base occidental. En La Filosofía, una escuela de la libertad se asegura que es posible encontrar atisbos de pensamiento filosófico en todas las culturas y, continuando con esa postura incluyente, su propuesta no privilegiará ningún sistema filosófico particular, ninguna tradición y mucho menos un dogma. “Se propone mostrar que la filosofía y su enseñanza pueden encontrar su fuentes en todas las tradiciones y en todos los países en los que se manifiesta el deseo de pensar y debatir”.

    En la Convención sobre los Derechos del Niños llevada a cabo en 1989, se garantiza que los niños tienen el derecho a expresar su opinión libremente, lo cual propició la discusión sobre el concepto de niño, a quien ya se le considera ahora como un autor de su propia existencia, el cual sólo podrá llegar a esa realización en cuanto no sea maltratado ni física, ni intelectualmente. Es aquí donde cobró gran importancia el modelo de Filosofía para Niños de Lipman, puesto que por primera vez se le da al niño la posibilidad de expresarse y las herramientas para hacerlo adecuadamente, a la vez que se construye como individuo autónomo.

NOTAS:

 

Terminar UNESCO.

CRÍTICAS A CONCEPTOS IMPUESTOS

NO HONESTIDAD, PUES 1) LA DEMOCRACIA ES SUPRESIÓN Y ENAJENACIÓN Y 2) NO QUIEREN CONTEMPLAR LA PLURALIDAD DE PENSAMIENTOS FILOSÓFICOS. BANCO MUNDIAL

SER HONESTOS. SI LO QUE SE NECESITA SON OBREROS INCONSCIENTES, QUE SE DIGA. HAY GENTE QUE ESO QUIERE SER Y ESTÁ BIEN

 

Tercer capítulo:

FILOSOFÍA NO NOS VA A SALVAR, TRAE CONSECUENCIAS NEGATIVAS, PERO DEBE SER TOMADA EN CUENTA. Filosofía + TODO (ciencia, tecnología, uso de herramientas, valores, irracionalidad, creatividad, productividad, estética, también la contemplación pura, meditación, psicología, drogas, sueños, mitos, literatura, deporte, alimentación, oficio. Ya desde la ilustración) Los pensamientos irracionales también funcionan. Se satisfacen los intereses de todos y se les abre más campo de trabajo y acción. Riqueza en otras áreas.

MULTIPLICIDAD DE ACTIVIDADES, ASÍ COMO LA EVOLUCIÓN

NO PRETENDER PONER UNA FINALIDAD A LA EDUCACIÓN, SINO DEJAR QUE PASE. IMPREDICTIBILIDAD EN EL DESARROLLO, MUCHAS VARIABLES, MUCHO CAMBIO. SÓLO CONTAR CON EL MATERIAL PARA CADA NUEVA SITUACIÓN

TIRAR ALTO, YA QUE DIFICILMENTE SE CUMPLEN LAS EXPECTATIVAS. CAPACITAR PARA QUE LOS PROFESORES INSPIREN CONFIANZA DE LOS ALUMNOS EN SÍ MISMOS, TRABAJO, PERO NO ESPERAR UN CAMBIO BRUSCO.

TRADUCIR LA FILOSOFÍA A PLATAFORMAS MÁS DIGERIBLES, YA QUE LOS NIÑOS NO LEEN Y NO ES SU CULPA

 

Enumeración de puntos principales.

Para qué educar.

no sirve la lógica para el bien a la sociedad.  Montaigne, no cuestionar las tradiciones sin sentido. 

Hay pensamientos irracionales que de hecho funcionan (mitos, sueños…)

Intereses de algunos no son los intereses de todos.

Educar para la responsabilidad social, la felicidad y la paz? Valores, leyes, obligaciones y capacitación (oficio)?

La filosofía hizo tristes a muchos, ¿la felicidad es necesaria para la sociedad?

 

Ilustrados ya proponían educación en oficio! Ya sabían que la razón sin límites no ayudaba. En 1er parcial de Filosofía Moderna II.








 

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