Lo decidí:
Dormir y, al despertar, dar con mi cuerpo enjuto y dulce, la barba rala, la picazón del acné y el entusiasmo intacto, desbordante como un surtidor. Y saber que los últimos diecinueve años fueron sólo un sueño y, en realidad, no tener más de dieciséis.
Abro la ventana y miro
Y te miro y sé que
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